San José, 13 ago (elmundo.cr) – El presidente de la República, Rodrigo Chaves, calificó como “peligro real” que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo otorgó una nueva concesión minera a cielo abierto a una empresa de origen chino en la Reserva Biológica Indio Maíz, ubicada en la frontera con Costa Rica.
Chaves señaló que “ese es un peligro real y patente, hay que reconocerlo, esta gente, por lo que yo entiendo, está sacando oro artesanal y al dar una concesión, eso es una prerrogativa del Gobierno de Nicaragua, no sabemos qué tipo de trabajo podrían tener ellos y existe una posibilidad de que ellos quieran venir a Crucitas”.
“La Fuerza Pública invierte una cantidad enorme de recursos, evitando, en la medida de lo posible, la minería ilegal en Crucitas”, aseguró.
El mandatario insistió en que deberían cuestionar a los diputados que no han pasado la ley que presentó el Ejecutivo para arreglar el desastre ambiental en Crucitas. “Edgardo Araya, Óscar Arias, los gobiernos del PAC, los gobiernos anteriores, nadie quiso hacer algo para poner orden. Y eso se puede hacer sólo por ley”.
“Simplemente porque la Asamblea Legislativa no quiere aprobar una ley racional que empieza por ordenarle a quien llegue a tener una concesión a que arregle, invierta posiblemente más de 100, 150 millones de dólares, en limpiar el desorden que nos dejó Rodrigo Arias, él era ministro de Presidencia, su hermanito Óscar Arias, Edgardo Araya y todo ese montón de gente que han causado eso”, cuestionó.
Chaves insistió en que “cuando en Costa Rica haya una Asamblea Legislativa responsable, la obligación primero de que se limpie el desastre ambiental, de que se pueda explotar de una manera sostenible y que el dueño de la concesión, el concesionario, gaste sus recursos, su dinero en proteger el recurso de todos nosotros”.
“Pero la culpa la tiene la Asamblea Legislativa. Yo no estoy diciendo la Asamblea Legislativa a los 57 diputados, porque por supuesto doña Pilar Cisneros hubiera actuado de la manera correcta. Sino de que no, no, nada avanza. Es como nadar en una piscina de miel de abeja”, concluyó.
