San José, 02 ene (elmundo.cr)- Un total de 2872 personas se quedaron sin casa de habitación a lo largo del 2017 luego de que sus viviendas fueran consumidas por las llamas.
Así se extrae del Sistema de Información Geográfica para la Atención de Emergencias (Sigae) del Benemérito Cuerpo de Bomberos, que reportó 724 damnificados más que en el 2016, año en el que quedaron sin vivienda 2148 personas por esta causa.
De acuerdo con los datos, de los damnificados por esta causa, 1951 son adultos, mientras que 921 más corresponde a niños.
“Lo que preocupa es que la cifra no disminuye a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho de prevención”, afirmó Héctor Chávez, director del Cuerpo de Bomberos.
De forma total, en el 2017 Bomberos atendió 1085 emergencias relacionadas a incendios estructurales, es decir, un 2% más que en el 2016, cuando hubo 1064 incidentes.
La cifra es la segunda más alta de los últimos 10 años y solamente es superada por la del 2012, cuando hubo un total de 1102 emergencias de este tipo.
En ese sentido, Chávez destacó que la mayor cantidad de incendios de este tipo se presentaron producto de cortocircuitos o bien, niños jugando con fósforos o encendedores.
“Todavía falta mucha conciencia sobre la importancia de dar mantenimiento y adecuar los sistemas eléctricos de las viviendas, pero también vemos como muchos son provocados de forma accidental y eso realmente preocupa porque son niños que quedan solos”, añadió.
En cuanto a la cantidad de fallecidos a causa de ello, la cifra pasó de 18 en 2016, a 14 en 2017. Mientras que los lesionados por fuego aumentó de 67 en 2016, a 71 en 2017.
Se estima que la cantidad promedio de espacio que se quemó fue de 50 mil metros y se logró salvar 500 mil metros cuadrados, es decir, por cada metro que se quemó se lograron salvar cinco.