San José, 10 nov (elmundo.cr) – El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) logró la calificación crediticia AA+, otorgada por S&P Global Ratings (S&P), marcando un hito en su historia y consolidándose como la institución financiera multilateral más sólida de América Latina.
Este logro, alcanzado en el segundo año de gestión de Gisela Sánchez como presidenta ejecutiva, representa la cuarta acción positiva en 2025 por parte de las principales agencias internacionales.
La mejora de “AA” a “AA+” refleja la excepcional solidez financiera del BCIE, su prudente gestión de riesgos y su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras, según el comunicado oficial de S&P. Esto se traduce en acceso a recursos internacionales a menores tasas de interés, ofreciendo financiamiento más asequible y competitivo para sus países miembros.
La mejora en la calificación se atribuye a varios factores clave, incluyendo la mayor solidez de capital y el respaldo de sus países miembros, la diversificación de la cartera de préstamos a través de instrumentos innovadores como los Acuerdos de Intercambio de Exposición (EEA), y un historial impecable de tratamiento de acreedor preferente (PCT). Además, se destaca el avance hacia un incremento general de capital y una estrategia de fondeo exitosa con presencia creciente en los mercados internacionales.
Gisela Sánchez, presidenta ejecutiva del BCIE, destacó que “esta mejora a ‘AA+’ es un hecho histórico que confirma nuestra fortaleza financiera y la confianza plena de nuestros miembros”.
Sánchez enfatizó que este logro permitirá canalizar recursos en mejores condiciones, generando ahorros para los presupuestos nacionales y fortaleciendo la capacidad del banco para ser el motor de la transformación positiva de la región.
La perspectiva “estable” asignada por S&P indica la expectativa de que los países miembros continuarán respaldando al BCIE y que el banco mantendrá una gestión prudente del capital y la alta calidad de su portafolio de liquidez.
Con esta calificación, el BCIE se sitúa en el mismo nivel crediticio que economías desarrolladas como Estados Unidos y Austria, reafirmando su posición como un socio financiero confiable y sostenible.
