San Josè, 26 jun (elmundo.cr)- El Banco Mundial aprobó un préstamo de $300 millones al gobierno de Costa Rica para hacerle frente a la pandemia del nuevo coronavirus.
En el comunicado oficial emitido por dicho ente, se explica que el mismo será utilizado para “proteger el ingreso y los puestos de trabajo de la población ante el impacto de la COVID-19, favorecer a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), reafirmar la sostenibilidad fiscal tras la crisis de salud y establecer las bases de una robusta recuperación pospandemia a través del crecimiento verde y un desarrollo bajo en carbono”.
“Valoramos y confiamos en el apoyo continuo del Banco Mundial que, a través de este financiamiento, complementa el despliegue realizado por nuestro gobierno durante esta emergencia sanitaria. Nos hemos esforzado por satisfacer las necesidades de salud y de asistencia social de la población, aunque aún queda un largo camino por recorrer de cara al crecimiento sostenible”, dijo Elían Villegas, ministro de Hacienda.
Los tres ejes del “Préstamo para Políticas de Desarrollo para la Gestión Fiscal y Descarbonización” son los siguientes:
- Apoyo para la respuesta a la crisis de la COVID-19, centrándose en los medios de vida de la población vulnerable a través de transferencias en efectivo y medidas tendientes a defender los puestos de trabajo y las pymes.
- Ayuda para la implementación de una reforma fiscal, mientras se estimula la economía a través de medidas que favorezcan la recaudación tributaria y ayuden a reducir el gasto, junto a la carga salarial y mejoras en la gestión de deuda.
- Promover la recuperación de una trayectoria de crecimiento constante luego de la pandemia, fortaleciendo las bases nacionales para el crecimiento verde y el desarrollo bajo en carbono. Las medidas incluyen acelerar el despliegue de tecnologías bajas en carbono e incrementar la resiliencia del sistema energético nacional.
Por su parte, Seynabou Sakho, directora del Banco Mundial para Centroamérica, dijo que “las medidas de mitigación, respaldadas por nuestro préstamo para políticas de desarrollo, contribuirán con los esfuerzos de las autoridades por conservar los puestos de trabajo y por evitar que las personas caigan en la pobreza durante este difícil momento”.
La operación, financiada por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), es un préstamo de tasa fija y tiene un vencimiento final de 34,5 años, incluido un período de gracia de cinco años.