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San José, 4 set (elmundo.cr) – Este martes, en un trabajo interinstitucional de la Policía Profesional de Migración en conjunto con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y bajo dirección funcional de la Fiscalía Adjunta Contra la Trata y Tráfico de Personas se logró la desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico ilícito de migrantes y al delito de trata de personas.
Dicha investigación, iniciada en el 2016, llevó a la ejecución del operativo final que hoy resultó con la detención de 29 personas y 41 allanamientos en diversas partes del país. Entre quienes resultaron aprehendidos figuran diez personas funcionarias de la Policía Profesional de Migración y un oficial de la Fuerza Pública.
La organización se dedicaba al tráfico de personas, específicamente de nacionalidades india y china, operaba no solo en Costa Rica, sino que también contaba con miembros en Panamá, es así que de forma simultánea las autoridades lograron la desarticulación del grupo criminal que operaba en ese país.
Las autoridades panameñas aprehendieron a 10 personas, quienes conformaban la estructura criminal, además de ejecutar veinte allanamientos.
Mediante las diferentes diligencias policiales se logró determinar que el modus operandi de la estructura criminal consistía en transportar a las personas objetos del delito y a víctimas del delito de trata de personas, quienes coordinaban el traslado desde China o la India, iniciando la ruta desde sus países de origen, vía aérea hasta Europa.
Posteriormente se desplazaban vía aérea hasta Suramérica, utilizando países como Ecuador, Colombia o Perú, donde tenían sus nexos criminales, para finalmente desplazarlos hasta Centroamérica, con el propósito de ingresarlos a Costa Rica de manera ilegal en complicidad con funcionarios costarricenses.
En Costa Rica se omitían los trámites y requisitos exigidos por ley a los migrantes, permitiéndoles ingresar a nuestro país de manera ilegal, siendo que algunas de esas personas, eran trasladadas con fines de explotación laboral en el país, mientras que otros eran traficados hacia Panamá, donde también eran víctimas de trata de personas o bien utilizaban ese país como puente para llegar a Estados Unidos o Canadá.
Cabe destacar que se trataba de una actividad bastante lucrativa para estas personas, pues cada víctima debía pagar entre 25.000 y 45.000 dólares estadounidenses solamente para poder ingresar a Costa Rica con documentación falsa que la organización criminal, por medio de sus nexos en el extranjero les facilitaba.
En cuanto al monto que ganaba cada oficial de la Policía de Profesional Migración por su participación en la organización, este variaba dependiendo de su “estatus”, ya que si era de los que conformaban directamente la organización, su ganancia era entre los 4.000 y los 6.000 dólares, mientras que los oficiales que habían sido reclutados por ellos, solamente se les entregaba una suma que oscilaba entre los 2.000 y los 4.000 dólares por cada persona que permitían que ingresara de manera ilegal al país.
Para dicho operativo se contó con la colaboración de diferentes cuerpos policiales del Ministerio de Seguridad Pública tales como Policía Control de Drogas, Servicio de Vigilancia Aérea, Unidad Especial de Apoyo.