San José, 1 may (elmundo.cr) – Si algo quedó claro con las negociaciones para la elección del Directorio Legislativo es la inteligencia del reelecto presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias.
Ante los apoyos que estaba sumando el diputado de la Unidad Social Cristiana, Horacio Alvarado, Arias Sánchez hizo una jugada arriesgada que al final le permitió llevar adelante negociaciones que le facilitaron su camino a una tercera presidencia del Congreso.
Fue así como Arias Sánchez declinó reunirse con el presidente de la República, Rodrigo Chaves, para pedirle el apoyo de la fracción de Gobierno, enarbolando la bandera de la defensa de la institucionalidad.
Así la idea del oficialismo de tener una persona en la Presidencia Legislativa más cercana a sus intereses chocó con pared, los primeros en alejarse de esta propuesta fueron los diputados del Liberal Progresista.
Por otro lado, la Unidad presentó fracturas que también jugaron a favor de Arias Sánchez, ya que algunos de sus diputados no estaban con la línea de apoyar a Horacio Alvarado. Como es el caso de la diputada Vanessa Castro, que no solo ha sido una fuerte crítica del Gobierno de Chaves, sino que estaba molesta porque no recibió el apoyo de su fracción para presentar su candidatura a la Presidencia Legislativa; lo mismo que el diputado Carlos Felipe García, que al final logró quedarse con la primera secretaría, luego de que el diputado de Liberación Nacional, Francisco Nicolás, vetara al también socialcristiano Carlos Andrés Robles.
El apoyo que recibió Arias Sánchez por parte de la fracción de Nueva República, contribuyó a dejar más limpio su camino a la Presidencia Legislativa, en esto tuvo un importante papel Gloria Navas, pues la diputada ya le había dado el apoyo mucho antes que lo hiciera su propia fracción, sin embargo, debido a sus comentarios referentes a los privados de libertad y su visita a un cliente en un centro penitenciario utilizando su credencial de diputada, llevó al partido a exigirle la renuncia a la curul, por lo que se declaró diputada independiente. Ante esto el puesto en la vicepresidenta fue negociado para la diputada Rosalía Brown.
Mientras que Arias Sánchez movía con maestría política sus piezas, el Frente Amplio solo dejó claro su terquedad y “teorías conspiranoicas”, pues su proclama de un Directorio de oposición sin Rodrigo Arias fue un rotundo fracaso.
Tanto que al final hasta el Liberal Progresista se sumó a apoyar a Arias Sánchez para lograr el apoyo necesario para la aprobación de los proyectos que han presentados en materia de reforma del Estado, reducción de impuestos, reactivación económica y seguridad, como Simple I, la venta de Fanal, el cierre de Recope y el de Alianzas Público-Privadas, el de enjuiciamiento de las causas declaradas como narcoactividad y la ley de crimen organizado juvenil.
Arias Sánchez salió muy fortalecido de este proceso, dejando claro no solo su inteligencia política sino su capacidad de negociación, aspecto vital en un parlamento compuesto por múltiples fuerzas políticas.