San José, 19 may (elmundo.cr) – El secretario general y candidato presidencial de Nueva República, Fabricio Alvarado, se refirió a la propuesta presentada por los diputados de su partido, así como los integrantes de otras cinco agrupaciones políticas e independientes, para declarar el 30 de mayo de este año como Día Nacional de Unión y Oración por Costa Rica.
“Críticas, ataques, burlas, enfoques sesgados y bastante predecibles. Desde que eso no reactiva la economía (como si el gobierno que defienden estuviera reactivándola) hasta que mezclamos la religión con la política, y mucho más. Argumentos añejos y arrugados que sólo muestran su intolerancia religiosa”, señaló Alvarado.
El político destacó que “nada de eso nos importa, porque no nos avergonzamos de lo que creemos, y más aún, somos muchos más a quienes nos enorgullece”.
“Por eso no nos tiembla el pulso para presentar mociones como la de hoy, una moción que pretende unir, como su nombre lo indica… unirnos con un sólo objetivo: pedir intervención divina”, agregó.
Además, Alvarado aseguró que pueden “dar fe de que hemos trabajado con un equipo económico del más alto nivel para dar soluciones a los grandes problemas del país”.
Asimismo, destacó que “corta memoria tienen quienes ya olvidaron la carta abierta al presidente, con 6 propuestas concretas para reactivar la economía o el plan Costa Rica Puede, elaborado por Nueva República, que contiene 11 propuestas puntuales”.
“No estamos mezclando religión con política, estamos poniendo las cosas en su justa dimensión”, añadió.
De igual forma, sostuvo que “este es un país donde la gran mayoría de la población abraza alguna fe religiosa, y después de casi 15 meses de pandemia, ninguna autoridad del gobierno ha tenido la sapiencia ni la sensibilidad para llamar al pueblo a orar, cada quien en su creencia, para pedirle a Dios protección, ayuda y sabiduría”.
“No solo ha sido un gobierno incapaz de dar soluciones, sino también de pedir sabiduría para encontrar esas soluciones”, comentó.
Alvarado concluyó afirmando que creen “que es hora de volvernos a Dios como país, y orar por las familias afectadas, y para que Dios nos ayude en lo que viene”.
