San Pedro, 9 mar (elmundo.cr)- Según la Dra. Hannia Campos, directora del Centro de Investigación e Innovación en Nutricional Traslacional y Salud (CIINT) y docente de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, el 59% de las calorías provienen de las harinas refinas, las carnes rojas y los azúcares.
Dichos datos fueron presentados durante su ponencia “La canasta básica costarricense y enfermedades no transmisibles” en el Primer Congreso de Salud y Nutrición Traslacional organizado por la Universidad Hispanoamericana que se realiza el 8 y 9 de marzo con la participación de 150 profesionales en salud y 15 expositores nacionales e internacionales.
“En Costa Rica hay pocos datos sobre dieta de la población. Este indicador refleja información de los alimentos reportados por el 10% de los hogares. Al analizar la contribución energética encontramos que el 34% provienen de las harinas refinadas, de los cuales 22% corresponden al arroz blanco. El 16 % de azúcar. El 9% de carnes rojas y apenas el 5.6% provienen de los frijoles”, indicó la investigadora.
Además, mostró su preocupación por un mayor acceso al arroz blanco, carnes rojas y el azúcar, mientras ha bajado la disponibilidad de los frijoles cuyo consumo disminuye el riesgo de sufrir un infarto.
“El 44% del dinero que gasta la gente en alimentación se va para comprar harinas refinadas, carnes rojas y azúcar. Esto es un problema no solo por la cantidad de calorías, sino por lo que estamos consumiendo no tiene un valor nutricional. Por ejemplo: en el caso de la carne que se habla que tiene un contenido de proteína, tiene más bien efectos nocivos,” explicó Campos.
¿Cómo puede afectar este patrón de consumo a los costarricenses?
La investigadora argumentó que, aunque estamos orgullosos por el aumento en la esperanza de vida, es necesario reflexionar sobre ¿cuál es la calidad de vida? “Tenemos 3.1 millones de costarricenses que están propensos a la obesidad y sobrepeso. Existe una relación entre lo consumimos y las enfermedades crónicas que nos están costando dentro del sistema de salud. La Caja Costarricense del Seguro Social gasta 745 dólares por persona al mes para tratar los problemas relacionados con la obesidad. En el 2016, invirtió 5 millones de dólares en la compra de insulina”
Ante este panorama, la doctora hace un llamado para realizar un cambio radical de la dieta para poder revertir estos números.
Entre sus recomendaciones están “eliminar las harinas refinadas de la canasta básica y sustituirlas por granos integrales. Eliminar las carnes rojas y el azúcar. Más posibilidades de encontrar grasas saludables, vegetales y pescados que podrían brindar las mismas calorías, pero con un valor nutritivo”
Por último, enfatizó que este cambio requiere de voluntad política, de lo contrario los costos médicos seguirán aumentando.