Por Arnaud Bouvier
Illkirch-Graffenstaden, 17 dic (AFP) – Es una especie de cápsula desplegable, con dos camas, aseos y un sistema de reciclado del aire y del agua. Los científicos europeos presentaron esta semana un prototipo de vivienda espacial, como las que podrían instalarse en el futuro en Marte o en la Luna.
El SHEE, acrónimo en inglés de hábitat autodesplegable para entornos extremos, es algo así como una casa prefabricada de 5,5 toneladas, capaz de viajar en una lanzadera espacial para desplegarse en unos minutos nada más tocar suelo en otro planeta.
Puede albergar, en 17 a 18 m2 y 50 m3, dos astronautas completamente autónomos durante dos semanas, explicaron sus diseñadores, que viajaron a Estrasburgo (este de Francia) para presentar su creación.
Este proyecto costó dos millones de euros (2,1 millones de dólares) financiados en un 75% por la Unión Europea (UE).
El prototipo no está pensado para instalarlo en Marte: ni sus paredes de fibra de vidrio y resina ni su impermeabilidad se ajustan a las normas de un viaje interplanetario. Tampoco está equipado con una esclusa de entrada y de salida para las escafandras, algo indispensable para Marte, explica Jérémi Gancet, experto en robótica, que trabajó en este proyecto para la compañía belga Space Applications Services.
– A prueba en España –
Como consecuencia, “por el momento, se aspira a probar el SHEE en la Tierra, en entornos aislados y hostiles”, afirma Virginie Taillebot, ingeniera de Comex, una empresa francesa especializada en tecnología submarina. Su trabajo consistió en contribuir a la regulación del agua, de la temperatura y de la atmósfera.
La cápsula también puede resultar útil, según Taillebot, para, por ejemplo, las zonas golpeadas por desastres naturales, hasta las que puede transportarse por helicóptero.
Pero por encima de todo, lo que los diseñadores tienen en mente es el espacio.
En pocos meses el prototipo se instalará varias semanas en la zona de Río Tinto, en Huelva, en el sur de España, para simular una experiencia en Marte.
Los creadores del SHEE confían además en que la Agencia Espacial Europea (ESA) lo use para misiones de entrenamiento de sus astronautas.
Por su lado, la Nasa estadounidense realiza investigaciones sobre módulos habitables, con la perspectiva de misiones a la Luna o a Marte, programadas para 2030.
Unos proyectos “complementarios, más que rivales”, según Gancet, un ingeniero belga que esboza las eventuales condiciones para una aplicación en el espacio.
Habría que instalar -dice- varios módulos SHEE, conectados los unos con los otros, formando una especie de aldea en el planeta rojo, en el que los astronautas pasarían por lo menos unos meses. Y habría que reflexionar sobre cómo colocar, a su lado, depósitos de agua, comida y energía suficientes para cubrir sus necesidades…