Por Tobias Hanraths (dpa)
– Una tarifa de 500 megabytes alcanza para todo: Ya no. Era cierto en las épocas en que no había redes de alta velocidad en todas partes y cuando la oferta multimedia para los dispositivos móviles era escasa. Pero quien escuche música en streaming consumirá enormes cantidades de datos. “Se llega rápido al nivel del gigabyte”, señala Falko Hansen, del portal de telecomunicaciones “Teltarif.de”. En cambio, si se navega de forma muy limitada y el teléfono sólo se usa para ver los mails, entonces quizás alcance incluso con una tarifa menor a los 500 MG.
– Hay que cargar el smartphone todas las noches: No siempre. Los phablets, que están tan de moda, es decir teléfonos con pantallas de más de cinco pulgadas, tienen espacio en su carcasa para baterías más grandes. “Pueden durar hasta dos días”, dice Monika Klein, redactora jefa adjunta de la revista “Connect”. Los mejores celulares de gran formato aguantan hasta diez horas de uso ininterrumpido, y con pausas más. En los más pequeños es habitual que se llegue a las seis o siete horas.
– Los smartphones no tienen virus: No es cierto. “En la actualidad, los creadores de software malicioso son incluso más activos en los smartphones que en las computadoras personales”, asegura el profesor Eric Bodden, de la Universidad Técnica de Darmstadt. El más afectado, por ser el más extendido, es Android, pero hay virus para otros sistemas operativos. Los usuarios pueden protegerse con antivirus y usando el sentido común. “La principal fuente de malware para celulares son las tiendas de aplicaciones no oficiales”, señala Bodden. Así que lo mejor es bajarse los programas de las webs oficiales.
– Solo hay buenas aplicaciones para Android e iOS: No es verdad. Los dos líderes del mercado no tienen necesariamente las mejores app, solamente tienen más. Quien pueda renunciar a la cantidad tiene una buena oferta con los sistemas operativos alternativos. “Las aplicaciones básicas también están en Windows Phone”, dice Monika Klein. “Pero los adictos a las aplicaciones, que necesitan una larga lista de opciones, chocan aquí pronto con los límites”.
– Con el tiempo los smartphones siempre funcionan más lento: No es siempre así. “También hay mucho tema psicológico”, afirma Falko Hansen. “Un smartphone nuevo es casi siempre más rápido que el viejo, así que se produce un efecto de asombro”. Pero con el tiempo esto se diluye. Si entonces algo no funciona rápido, uno pierde la paciencia. Pero también es cierto que al bajarse muchas aplicaciones y datos, un teléfono se va poniendo cada vez más lento. Para eso ayudan las aplicaciones de limpieza o, mejor, volver a poner el teléfono en su configuración inicial.
– Las cámaras del smartphone no son equiparables a una cámara de fotos: En general es verdad. Con buena luz, los celulares son capaces de hacer excelentes fotografías, indica Klein. “Pero con poca luz el trigo se separa rápido de la paja”. Se consiguen buenas fotos normalmente con los teléfonos más caros de la gama alta. Según un estudio de la revista “Connect”, los mejores son el iPhone 6, el Samsung Galaxy S6 y el Huawei P8. Pero no se pueden esperar resultados comparables a una réflex. “Eso es técnicamente imposible”, subraya Klein.
– Todo lo que subo a la nube está bien protegido: No. En muchas aplicaciones ni los expertos notan que los programas están guardando información en un servidor. Eso es muy cómodo porque el usuario accede a los datos desde cualquier dispositivo, pero el tema de la seguridad es complicado. “Hemos constatado que los datos están poco protegidos en la nube”, alerta el profesor Bodden. Es poco lo que pueden hacer los usuarios al respecto. Lo mejor es mirar bien qué permisos requiere cada app.
