Samsung se despide en sus nuevos modelos de alta gama del plástico. Los nuevos Galaxy S6 y la variante Edge son de materiales nobles, son rápidos y caros; pero quedan algunos obstáculos para conseguir la perfección.
Los diseñadores de Samsung en California y en Corea del Sur se sentían frustrados por las críticas constantes al plástico en los modelos de la empresa. En los nuevos Galaxy S6 y S6 Edge, tanto la parte trasera del celular como la delantera están recubiertas de un cristal ultrarresistente. Junto con la carcasa de aluminio, ambos aparatos tienen un aspecto lujoso.
En el modelo anterior, el S5, Samsung aún apostaba por una carcasa de plástico fácilmente extraíble para cambiar la batería. Pero muchos consideraban esta opción poco elegante. Ahora, los nuevos modelos resisten una comparación de igual a igual con el iPhone 6, tanto con sus ventajas como las desventajas -como la batería fija-.
A nivel técnico, Samsung supera a la competencia. La pantalla OLED (de 5,1 pulgadas) tiene una resolución de 2.560 por 1.440 píxeles, aunque en la práctica no se nota mucho la diferencia, porque a simple vista es difícil distinguirla de las pantallas Full HD de otros fabricantes. Lo mejor es que la representación de los colores es muy intensa, algo típico de la tecnología OLED, por lo que al aire libre se ve muy bien.
El nuevo Galaxy S6 llega en dos variantes que se diferencian en lo exterior. En el S6 Edge, más pequeño y delgado, la pantalla se extiende también por los lados del teléfono. De ese modo, estando apagada, se puede aprovechar para ver allí, por ejemplo, la hora, la entrada de mensajes o informaciones breves como datos del tiempo o resultados deportivos.
También es posible adjudicar colores a los contactos para reconocer en la pantalla lateral de quién es la llamada entrante. Sin embargo, esto sólo funciona en habitaciones en penumbra.
Los dos modelos cuentan con un procesador de ocho núcleos (Exynos 7420) del fabricante de chips propio de los surcoreanos. Los ingenieros diseñaron cuatro de los ocho núcleos para aplicaciones que necesitan un elevado rendimiento con 2,1 GHz y los otros cuatro funcionan con 1,5 GHz. Las tareas estándar quedan en manos de los núcleos más lentos y si hace falta, intervienen los demás.
En la parte posterior del Samsung, al igual que en el modelo anterior S5, hay una cámara de 16 megapíxeles que lleva un estabilizador de imagen. Gracias a ello, a la luz del día se consiguen fotos nítidas con colores naturales. El contraste es bueno y no exagerado.
Como no es posible intercambiar baterías, éstas tienen que tener una mayor duración. En la práctica, las pruebas demostraron que con un uso normal aguantan hasta casi dos días sin recarga. En caso de un uso intensivo, en concreto reproducción de videos en HD, se agota en unas diez horas. Son valores muy buenos, a los que se suma una recarga completa en unos 90 minutos. Los dos modelos se pueden cargar de forma inalámbrica.
Como no se incluye una ranura para tarjetas de memoria SD, los compradores tienen que elegir entre capacidades de 32, 64 o 126 GB. Más capacidad sólo es posible guardando archivos online. Y a diferencia del S5, ninguno de los dos modelos es resistente al agua.
Puede resultar molesto el hecho de que con el primer encendido se descarga gran cantidad de aplicaciones “basura” sin consulta previa, aunque es posible eliminarlas si así se desea.
Es llamativo que Samsung infle con este tipo de software publicitario un teléfono de alta gama. Con precios de entre 849 y 1.049 euros (S6 Edge) o de entre 699 a 899 euros (S6) según equipamiento, los surcoreanos no tendrían que depender de los ingresos publicitarios para financiarse. A causa de ello pierden los puntos que habían ganado con la mejora del manejo del smartphone.
A diferencia de los modelos de Nexus de Google, los smartphones de Samsung no ofrecen un sistema “Android puro”, sino que han modificado el software. El sistema “TouchWiz” de Samsung viene en los dos modelos mucho más ordenado y se adapta a la versión más actual de Lollipop de Android.
En resumen, los dos nuevos Samsung ofrecen un diseño convincente, una excelente pantalla, una batería que dura más que la media y mucha potencia. Todo a un precio bastante elevado, pues los dos S6 con incluso más caros que el iPhone de Apple.