
Por Stephan Scheuer (dpa)
En tan sólo cinco años, el fabricante de celulares chino Xiaomi hizo una meteórica carrera hasta convertirse en el número uno en su país. Pero el éxito atrae ahora a los piratas, que están fabricando productos falsos que incluso llegan antes al mercado que los auténticos.
Xiaomi, que traducido significa “mijo” o “pequeño grano de arroz”, acaba de celebrar su aniversario y compite por los clientes con grandes ofertas que se ven en tableros blancos en su sede central en Pekín. Por menos de 80 dólares ya se puede comprar el modelo más sencillo de su serie de smartphones. Y entretanto fabrica también televisores, tabletas y otros dispositivos.
La empresa consiguió lo que los expertos consideraban imposible. Convertirse en la número uno del país y en una firma de peso en el mundo pocos años después de su creación.
“Xiaomi se hizo tan grande porque copió con éxito a la marca Apple”, afirma a dpa en Pekín Jost Wübbeke, del Instituto Mercator para Estudios Chinos. Pero entretanto, la marca ha conseguido instalarse por sí misma. “Xiaomi es elegante no por imitar a Apple, sino porque es Xiaomi”.
El lado oscuro del éxito es que los piratas están copiando ahora sus productos. Un caso sacudió hace poco los mercados: la empresa de seguridad estadounidense Bluebox analizó el nuevo producto estrella de los chinos, el smartphone Mi4, y encontró instalado un programa espía que seguía los movimientos del usuario sin que éste lo supiera. En Xiaomi se desataron las alarmas y se inició una investigación.
Entonces se descubrió que el aparato era una falsificación, y una muy buena. Los fabricantes hasta habían imitado las marcas de seguridad, ya que Xiaomi instala programas desde hace un tiempo en sus aparatos que controlan si el producto es original. En la prueba del Mi4 que hizo Bluebox no se detectó que se tratara de una falsificación.

Wübbeke subraya que los piratas están haciendo daño a la empresa, que es víctima de su propio éxito. “El copiador es copiado”. Pero la piratería dista mucho de ser un problema exclusivo de Xiaomi. “En China, los smartphones falsificados están a la orden del día”, comenta Wübbeke.
Una portavoz de la empresa reconoce escuetamente que “hay muchos productos falsificados de Xiaomi en el mercado, en el extranjero y en China”. Lo curioso del caso es que se ofrecen incluso modelos que no han llegado oficialmente a ciertos países. Una web en alemán vende el Mi4 por 119,99 euros y envío “desde Alemania”. El aparato se ve igual que el de la firma china, pero en realidad tiene menos rendimiento y se ofrece más o menos a mitad de precio. Y Xiaomi aún no ha lanzado este smartphone en Alemania.
La empresa no da abasto con su expansión. Los planes originales eran empezar a vender sus productos en Europa el año pasado, primero en Turquía, pero no fue posible. La producción en China no consigue cubrir la demanda.
El brasileño Hugo Barra, responsable de la expensión internacional de la firma, ha anunciado una plataforma de ventas por Internet que servirá para entrar en el mercado europeo. Pero en principio sólo ofrecerá accesorios como auriculares o pulseras de fitness, así como pequeños smartphones. Y por ahora no hay fecha para el lanzamiento de la tienda.