Por Tom Nebe (dpa)
La recepción de la red WLAN o WiFi en casa puede ser motivo de molestias: en la mesa funciona como un rayo, pero en la habitación de invitados un agujero negro se traga la señal. Hay diversas causas que generan este problema, pero la mayoría pueden solucionarse.
El principal motivo de este tipo de dificultades suele ser la posición del router: no hay que colocarlo detrás de los muebles, sino en un lugar abierto o incluso en la pared. “Con eso se evita el debilitamiento de la señal”, explica Falko Hansen, de un portal de telecomunicaciones.
Para que la señal esté repartida de forma uniforme lo ideal es también que esté más o menos en el centro de la vivienda. Una opción es a veces orientar un poco la antena cuando esto no sea posible.
Que la señal siga siendo mala, puede ser a causa de los materiales de construcción de la casa, como techos de hormigón armado o paredes antiincendios. En los edificios de viviendas las señales se superponen, lo que también provoca problemas de recepción y velocidad.
“En la página de configuración del router, que se puede buscar en Internet, se puede ver en qué canales funcionan las otras redes”, explica Hansen. Para un mejor rendimiento, recomienda elegir un canal que no esté muy utilizado en la zona.
Otra opción para evitar superposiciones es pasar a la frecuencia de 5 gigahercios, si el router lo permite. En comparación con la de 2,4 GHz, está más libre. “No es muy frecuente y está menos recargada”, señala Hansen.
Pero a partir de cierta distancia o si hay obstáculos de construcción, estos trucos no ayudan. Una opción para superar los agujeros de señal es utilizar los llamados repetidores, que captan la señal del router y la amplifican en la zona deseada.
Al comprar uno es importante tener en cuenta que debe usar el mismo estándar que el router. Los más populares son n y ac. “También tiene que ser igual la frecuencia, o bien 2,4 o 5 GHz”, destaca Marcus Pritsch, de la asociación de consumidores alemana Stiftung Warentest.
Al igual que con el router, es importante colocar el repetidor en un buen sitio, tanto para que reciba bien la señal del router como para que la amplifique adonde se desee, por ejemplo del sótano al primer piso de un chalet.
Muchos modelos tienen un indicador sobre la calidad de la señal, que se puede observar para ver si la ubicación es buena o mala. Si la distancia es muy grande se pueden poner incluso dos repetidores consecutivos, pero el resultado no es tan bueno, pues aumenta el tiempo de reacción entre los aparatos.
Una alternativa a los repetidores es la tecnología Poweline, que convierte el cableado eléctrico en una red de alta velocidad. El adaptador de entrada, puesto en un enchufe, se conecta con un cable LAN al router, y el de salida se coloca preferentemente en la habitación que se quiere cubrir y emite la señal por cable LAN o directamente WLAN. “Y todo se puede hacer con el mismo nombre de usuario y clave que la red original”, explica Nolde, aunque eso sí, se requieren instalaciones de electricidad modernas.
