Nicho que crece: la vitivinicultura biodinámica alemana cumple 100 años

El viticultor Urban Kaufmann muestra dos cuernos de vaca en su viñedo de las afueras de Hattenheim, en la zona del Rheingau. En consonancia con el enfoque biodinámico, un sustrato producido con la ayuda de los cuernos se utiliza como abono para el suelo. Foto: Boris Roessler/dpa

Por Ira Schaible (dpa)

Las hojas amarillas, rociadas con té de ortiga, marcaron la primera clara diferencia para el vitivinicultor suizo Urban Kaufmann, de la región vinícola alemana de Rheingau.

Hace diez años, el suizo que antes producía quesos Appenzeller  compró un viñedo de cultivo ecológico en Eltville, sobre el río Rin, junto con su esposa Eva Raps, y tres años más tarde obtuvo la primera cosecha producida de forma biodinámica.

“No conocía en absoluto a Rudolf Steiner, pero sí había leído varias veces que muchos de los viñedos top del mundo eran al menos orgánicos, sino biodinámicos”, señala el hombre que cambió de profesión y hoy integra la asociación alemana de viñedos Prädikat, la categoría superior de los vinos germanos de alta calidad.

El productor subraya que la calidad fue un punto clave para tomar la decisión, a sus 42 años, de abandonar su quesería cerca de St. Gallen y hacer realidad su sueño de ser vitivinicultor.

Hasta el día de hoy no existen aún pruebas científicas de los principios de Steiner. Sin embargo, la proporción de vitivinicultores alemanes que trabajan según los principios biodinámicos está en alza, exactamente 100 años después de que el controvertido fundador de la antroposofía sentara las bases de la agricultura biodinámica en sus conferencias.

Una de cada diez bodegas ecológicas trabaja según la biodinámica

La escena del vino biodinámico es considerada diversa en el rubro. El esfuerzo y los costos que conlleva la biodinámica son elevados, dicen otros vitivinicultores, y las ventas no son fáciles en los que ya son tiempos difíciles para el sector.

“Algunos consideran que la biodinámica es esotérica, una patraña o la equiparan con la figura polarizadora de Steiner”, afirma Gergely Szolnoki, profesor de investigación de mercados de la Universidad de Geisenheim, al citar algunas de las razones.

Cerca del once por ciento de los viñedos de producción orgánica sigue los preceptos de la biodinámica, precisa Ernst Büscher, del Instituto Alemán del Vino (DWI).

“Por ejemplo, basan su trabajo en el viñedo y la bodega en las fases de la luna o utilizan extractos de hierbas para fortalecer las vides y protegerlas de enfermedades”, explica.

Cuernos de vaca rellenos de estiércol en la tierra

Lo que marca la diferencia entre la vitivinicultura ecológica y la biodinámica es, sobre todo, el uso de preparados biodinámicos, como cuernos de vaca rellenos de estiércol y otras partes de animales que se entierran en el suelo durante el verano o el invierno, explica Johanna Döring, quien, según la Universidad de Geisenheim, es la única catedrática de vitivinicultura ecológica del mundo.

La experta detalla que los ritmos estacionales y las fases de desarrollo de las plantas cultivadas desempeñan un papel fundamental en el cultivo biodinámico, al igual que la visión holística del viñedo como organismo independiente.

En su opinión, a menudo se sobrevalora la importancia de las fases de la luna.

“Desde el punto de vista de los materiales, los preparados biodinámicos representan casi nada”, afirma Döring, que lleva unos 20 años investigando junto con otros colegas una comparación de sistemas de vitivinicultura integrada, ecológica y biodinámica.

Hay grandes diferencias entre la vitivinicultura ecológica y la integrada (convencional), y solo algunas diferencias sutiles entre el cultivo ecológico y el biodinámico.

La estructura del suelo, según precisa Döring, por ejemplo, mejora con el cultivo biodinámico y los suelos son menos compactos. Esto podría dar lugar, dice, a que las vides arraiguen más intensamente en el suelo y, por tanto, soporten mejor el calor. Sin embargo, esto aún no está claro. “Actualmente estamos investigando la penetración de las raíces”, afirma.

La asociación Demeter, convencida de su eficacia

Döring asegura que no pone en duda que el té concentrado de ortiga surta efecto bajo determinadas condiciones en las hojas amarillas, pero al mismo tiempo señala la diferencia entre los informes prácticos y los resultados fundamentados de forma científica.

Kaufmann, vitivinicultor que integra la asociación Demeter, trató 100 viñas con valeriana, sílice de cuerno y estiércol. “No podría explicarlo, pero enseguida vimos un efecto maravilloso”, subraya.

“La agricultura biodinámica -y los preparados en particular- son una técnica de cultivo”, afirma la asociación Demeter, que certifica los vinos biodinámicos.

Hace referencia a una serie de estudios “que no prueban el mecanismo de acción descrito por el propio Steiner, pero demuestran que los preparados tienen un efecto positivo demostrable en el suelo y las plantas”.

Un investigador ve pruebas de eficacia

Jürgen Fritz, del Departamento de Ciencias Agrícolas Ecológicas de la Universidad de Kassel, ve al menos pruebas claras en sus experimentos de que los preparados biodinámicos actúan como una inoculación para el suelo. De acuerdo a sus estudios, determinados microorganismos ayudan a las plantas a sobrellevar mejor el estrés.

El Instituto Alemán del Vino precisa que en 2023 se contabilizaron en Alemania 117 bodegas que producen vinos según directrices biodinámicas certificadas en 1.460 hectáreas. Esto representa el 0,8 por ciento de las aproximadamente 14.500 bodegas y el 1,4 por ciento de la superficie total de viñedos alemanes, que el año pasado ascendió a unas 103.700 hectáreas.

Últimas noticias