El Cairo, 20 jun (VOA) – Las fuerzas israelíes atacaron áreas en el centro de la Franja de Gaza durante la noche, matando a tres personas e hiriendo a docenas más, según médicos, mientras que los tanques profundizaron su invasión en Rafah, en el sur, dijeron residentes.
Aviones israelíes atacaron una casa en el campamento de Al-Nuseirat, matando a dos personas e hiriendo a otras 12, mientras que los tanques bombardearon áreas en los campamentos de Al-Maghazi y Al-Bureij, hiriendo a muchas otras personas, dijeron funcionarios de salud. Nuseirat, Maghazi y Bureij son tres de los ocho campos de refugiados históricos de Gaza.
En Deir al-Balah, una ciudad repleta de personas desplazadas en el centro de la Franja de Gaza, un ataque aéreo israelí mató a un palestino e hirió a varios más el jueves, dijeron médicos.
El Ejército israelí dijo el miércoles que las fuerzas continuaban sus operaciones en todo el enclave apuntando a los militantes y la infraestructura militar en lo que describió como actividades “precisas y basadas en inteligencia”.
Más de ocho meses después del inicio de la guerra en Gaza, el avance de Israel se centra ahora en las dos últimas zonas que sus fuerzas aún no habían asaltado: Rafah, en el extremo sur de Gaza, y la zona que rodea Deir al-Balah, en el centro. Las operaciones han obligado a huir a más de un millón de personas desde mayo, la gran mayoría ya desplazadas de otras partes del enclave.
En Rafah, cerca de la frontera con Egipto, los tanques israelíes estacionados en las zonas occidental y central de la ciudad intensificaron los bombardeos, obligando a más familias que viven en las zonas costeras lejanas a huir hacia el norte. Algunos residentes dijeron que el ritmo de la redada se ha acelerado en los últimos dos días.
“Los tanques tomaron el control de la mayoría de las áreas de Rafah. La gente que vive en la playa también ha comenzado a salir hacia Khan Younis y las áreas centrales por miedo debido a los continuos bombardeos”, dijo Abu Wasim, un residente del barrio de Al-Shaboura de Rafah, que abandonó su casa hace más de una semana antes de que los tanques llegaran al corazón de la ciudad.
Rafah albergaba a más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza hasta el 7 de mayo, cuando las fuerzas israelíes comenzaron la ofensiva terrestre en la ciudad. Se cree que menos de 100.000 se han quedado atrás.
No ha habido señales de tregua en los combates, ya que los esfuerzos de los mediadores internacionales, respaldados por Estados Unidos, no han logrado persuadir a Israel y Hamás para que acepten un alto el fuego.
Los brazos armados de Hamás y la Yihad Islámica dijeron que los combatientes se enfrentaron a las fuerzas israelíes con cohetes antitanque y bombas de mortero, y en algunas áreas detonaron artefactos explosivos precolocados contra unidades del ejército.
El jueves, las autoridades israelíes liberaron a 33 palestinos que habían sido detenidos durante los últimos meses por las fuerzas israelíes en diferentes zonas del enclave. Los detenidos liberados fueron ingresados en el Hospital Al-Aqsa de Deir Al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, después de que se quejaran de tortura y malos tratos por parte de carceleros israelíes.
Israel niega el maltrato de los detenidos palestinos. Grupos palestinos e internacionales de derechos humanos han criticado lo que consideran malos tratos por parte de Israel a los detenidos de Gaza y han exigido en repetidas ocasiones que revele su paradero e información sobre su bienestar.
La campaña terrestre y aérea de Israel se desencadenó cuando militantes liderados por Hamas irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes, según recuentos israelíes.
La ofensiva ha dejado a Gaza en ruinas, ha matado a más de 37.400 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, y ha dejado a casi toda la población sin hogar y en la indigencia.
Desde la tregua de una semana en noviembre, los repetidos intentos de acordar un alto el fuego han fracasado, y Hamás insiste en el fin de la guerra y la retirada total de Israel de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dice que sólo aceptará pausas temporales y que no pondrá fin a la guerra hasta que Hamás sea erradicado y los rehenes sean liberados.
